Para realizar el reto del módulo 1 y
reflexionar sobre un ejemplo de discriminación, he optado por comentar algo que
siempre me ha perseguido en mi profesión (RRHH), manifestado de diferentes
formas pero que se ha ido repitiendo en cada puesto de trabajo que he desempeñado
y que, por razones obvias, lo he vivido en primera persona.
Estoy hablando de la discriminación hacia las
mujeres y hacia la edad de éstas en la SELECCIÓN DE PERSONAL, tanto en la fase
de reclutamiento como en las propias entrevistas de trabajo. Me remonto al
año 1997 que fue cuando empecé como becaria tras terminar mi carrera
universitaria.
Daba igual haber desempeñado funciones como
Becaria, Ayudante, Técnico Junior, Técnico Senior, Jefa o Responsable de
Departamento; daba igual que fueran empresas de contratación, del sector
textil, sanitario, industrial, jardinería… el caso es que siempre me encontraba
con compañeros que mostraban la misma actitud a la hora de preseleccionarles
una batería de CVs y/o candidatos para un puesto concreto: su preferencia por
hombres y, si eran mujeres, franja de edad no cercana a la maternidad.
Unas veces me lo indicaban directamente,
otras indirectamente con todo tipo de argumentaciones y excusas. Unas veces
ocurría nada más empezar el proceso de selección, en fase de reclutamiento o
filtro de CV; otras, en la propia entrevista de trabajo.
Cuando me solicitaban un proceso de selección
para algún puesto de trabajo en el que debiera ser indiferente si la persona
que lo ocupara fuese hombre o mujer y, a su vez, si fuese mujer debiera ser
indiferente la edad que ésta tuviera, me encontraba con una pared de prejuicios,
estereotipos, injusticias y discriminación.
Cuando me sentaba con la persona que tenía la
necesidad en su departamento/oficina/despacho/equipo para hacer una descripción
del puesto de trabajo y del perfil profesional adecuado siempre había un
momento en el que tenía que escuchar frases del tipo: “no quiero una mujer por ... “ o “no quiero
que tenga cierta edad por …” o si no se atrevían a mostrármelo en ese momento,
cuando les presentaba una batería de CVs, me encontraba con que me apartaban
las mujeres de los hombres o me ponían excusas para descartar candidaturas
femeninas.
Respecto a sus argumentos y excusas, unas
veces hablaban por ellos mismos, otras se escudaban en el resto de los
compañeros o de su equipo, otras en su falsa experiencia pasada trabajando con
un género u otro. IMPRESIONANTE y AGOTADOR. Son las mínimas palabras con las
que puedo describir esta vivencia. IMPRESIONANTE porque ya sabemos el gran
debate que hay detrás de todo ésto desde hace años y AGOTADOR porque es un año
tras otro tras otro y sigue repitiéndose.
FRUSTRACIÓN, RABIA E IMPOTENCIA es lo que he
sentido en muchas ocasiones porque si sólo les presentaba para entrevista a candidat@s
“hombres”, se salían con la suya y estaba fallando y faltando a mis principios.
Pero, por otro lado, si era más asertiva, si me enfrentaba a ellos si luchaba
por incorporar a candidat@s “mujeres”, ya se encargaban ellos de que no
superaran el período de prueba, de no renovarles el contrato y en los casos más
extremos de hacerles el trabajo imposible para que firmaran su baja voluntaria
y se fueran. En una de las empresas no pude con ellos y acabé siendo despedida
yo “por no entenderme con los Jefes de departamento”.
Un ejemplo de EDADISMO y DISCRIMINACIÓN
DIRECTA por razón de género.
Esta son la clase de cosas que no salen en las noticias, y pasan todos los días. Y seguramente cosas que nuca sabremos. Muy valiente tu comentario.
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